¡Camaradas!,
¡Ciudadanos! ¡Hermanos y Hermanas! ¡Hombres de nuestro Ejército y nuestra
Marina!. ¡Me dirijo a vosotros, mis amigos!
El pérfido ataque
militar a nuestra tierra, iniciado el 22 de junio por la Alemania de Hitler, continúa.
A pesar de la heroica
resistencia del Ejército Rojo, y aunque las más selectas divisiones enemigas y
las mejores unidades de la fuerza aérea han sido hechas pedazos y han
encontrado su muerte en el campo de batalla, el enemigo sigue avanzando,
lanzando fuerzas de refresco al ataque.
Las tropas de Hitler
han logrado capturar Lituania, una considerable parte de Letonia, el Oeste de la Rusia blanca y parte del
Oeste de Ucrania. La fuerza aérea fascista está ampliando el ámbito de
operaciones de sus bombardeos y está bombardeando Murmanks, Orsha, Mogilev,
Smolensk, Kiev, Odessa y Sebastopol. Un grave peligro se cierne sobre nuestro
país.
¿Cómo puede haber
sucedido que nuestro glorioso Ejército Rojo haya rendido un número de nuestros
ciudadanos y distritos a los Ejércitos fascistas? ¿Es realmente cierto que las
tropas de la Alemania
fascista son invencibles, como es pregonado sin cesar por los jactanciosos
propagandistas fascistas? ¡Por supuesto que no!
La historia muestra que
no hay ejércitos invencibles, y nunca han existido (...) Lo mismo debe ser
dicho hoy del ejército fascista alemán de Hitler. Este ejército aún no se ha
encontrado con una seria resistencia en el continente europeo. Sólo en nuestro
territorio ha encontrado una resistencia seria, y si como resultado de esta
resistencia las mejores divisiones del ejército fascista alemán de Hitler han
sido derrotadas por nuestro Ejército Rojo, significa que este ejército, también
puede ser machacado y será machacado como lo fueron los ejércitos de Napoleón y
Guillermo.
Stalin
Moscú, 3 de julio de 1941
Moscú, 3 de julio de 1941
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