El
doce de junio de 1985 firmábamos en el Palacio Real de Madrid ella
Comunidad Europea. Para mí, uno de los signatarios, el acto
representaba la culminación de una difícil y laboriosa tarea desarrollada
durante 30 de meses de contactos, análisis, discusiones con los Comunitarios y
de decenas de sesiones de negociación formal. Era el fruto de un trabajo
desarrollado con entusiasmo y rigor. Significaba la satisfacción máxima a que
puede aspirar un político de mi generación. Aquel doce de junio de 1985 era la
culminación de un largo proceso de vida internacional de mi país. También lo
era de mi trayectoria personal.
Acta de Adhesión a
Acta de Adhesión a
Fernando Morán
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