Sólo un territorio suficientemente amplio puede
garantizar a un pueblo la libertad de su vida (…) Hacía siglos que Rusia se
había mantenido gracias al núcleo germánico de sus esferas superiores (…). En
su lugar se ha puesto el judío; pero así como es imposible que el pueblo ruso
sacuda por sí solo el yugo israelita no es menos imposible que los judíos
logren sostener, a la larga, bajo su poder, el gigantesco organismo ruso (…).
El coloso del este está maduro para el derrumbamiento. Y el fin de la
dominación judaica en Rusia será al mismo tiempo el fin de Rusia como estado.
Estamos predestinados a ser testigos de una catástrofe que constituirá la
prueba más formidable para la verdad de nuestra teoría racista."
Hitler,
A. Mi lucha,
1924.
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