jueves, 18 de julio de 2013

COLONIZACIÓN DE SIERRA MORENA

Estas montañas, absolutamente incultas, servían desde hace varios siglos de guarida a los ladrones y a los lobos; no se encontraban allí más que ventas aisladas, y en caminos tan peligrosos que el ventero, para su propia seguridad, veíase a menudo obligado a convertirse en jefe de las distintas partidas que desvalijaban a los viandantes. Algunos patriotas habían en vano propuesto roturaciones; todos se habían visto desanimados por las dificultades de toda especie que les oponían. Olavide, después de haber poblado los desiertos de Andalucía extendió más lejos sus ideas; menos tímidos que sus predecesores, o llegando en circunstancias más favorables, cubrió Sierra Morena de colonos y labradores. No dejaron, según costumbre, de poner muchas trabas a su empresa; las principales objeciones que le hicieron eran que en esa tierra, naturalmente privada de agua, era poco favorable al cultivo: el hecho y la experiencia respondieron por Olavide; porque corren en todos los sentidos en esas montañas arroyos claros y límpidos; y por doquiera donde los colonos han querido cavar, han hallado fuentes a algunos pies de profundidad de suerte que hay pocas casas que no tengan su pozo o su noria para regar.
Juan F. Peyron. Nuevo viaje en España en 1772-1773


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