martes, 16 de julio de 2013

INSURRECCIÓN DE BUDAPEST, 1956

A la cabeza del cortejo iba una corona de flores :rojas con la intención de colocarla más tarde bajo la estatua del general Bem (...) Los manifestantes entonaban marchas de la guerra de 1848; en la cabeza del cortejo un grupo cantaba “La Internacional” y otro “La Marsellesa”; otros cantaban antiguas canciones(...) Llegados a los alto de la avenida Stalin, los jóvenes manifestantes gritaron “¡necesitamos la avenida de Stalin! ¡la estatua de Stalin!”  En el balcón de un inmueble por el extremo de esta avenida, el cortejo descubre a dos oficiales del ejército que les hacen gestos amistosos: ”¡Viva el ejército popular!”, exclaman los manifestantes a modo de respuesta (...)
Fuera de los efectivos habituales, la policía aparece muy poco en el trayecto, y los agentes de servicio no intervienen (...) Cada vez se van incorporando más gente sobre las aceras (...) La composición de la masas es muy diversa: los habitantes o los trabajadores de los barrios, paseantes ocasionales forman la mayoría; fuera de los manifestantes no hay grupos organizados en el trayecto. Toda la gente tiene el semblante feliz y emocionado (...) Yo no había visto a Budapest tan feliz (...)
Emisión de Radio Budapest


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