En la
España de 1976 el pueblo español mostraba ansiedad y temor
ante el recuerdo de la
Guerra Civil y el tránsito que se avecinaba. Yo era
consciente de ese temor, como también lo era de la nueva conciencia del pueblo español y de la mentalidad de nuestro
Rey. Era necesaria una acción política audaz y sincera que transformara las
estructuras del régimen anterior, conectando con la realidad española, sin
violencia, sin traumas, sin vacíos de poder. Y había que hacerlo desde la
legalidad vigente, y con serenidad y rapidez, para evitar las reacciones de los
sectores más continuistas que detentaban enormes parcelas de poder. Aquel
cambio político desde un sistema autoritario a un sistema democrático, sin
traumas, elegido libre y auténticamente, era algo sobre lo que no existían
precedentes. Lo cierto es que constituimos un precedente y la inmensa mayoría
del pueblo español ratificó nuestro proyecto político, alcanzando el Estado
democrático que hoy disfrutamos sin ajustes de cuentas y sin traumas.
Artículo de Adolfo Suárez en "10 años sin Franco.
Desatado y bien desatado". 1985
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