En resumen, en 1917 se dieron
tres revoluciones sucesivas, pero sin que hubiera una conjunción de intereses
(de haberse dado, la monarquía habría caído irremisiblemente). La monarquía
salvo, por ello, su vida, pero no su orgánica realidad. La revolución militar
significó, de una manera total, la reincorporación del ejército a la
política... La revolución burguesa, canalizada a través de la Asamblea, venía a
significar su euforia económica y su deseo de no permanecer al margen de la
acción política; surgía al calor del caos formado en el país por le movimiento
juntero, y buscó el apoyo del brazo militar (como en el siglo XIX), fracasando
en su intento. La revolución proletaria significaba la aceleración por la
izquierda de los movimientos anteriores, que ante esa irrupción reaccionaron y
se coaligaron para enfrentársela.
Lacomba, J.A. : La crisis de 1917
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