viernes, 12 de julio de 2013

LAS MATANZAS DE SEPTIEMBRE DE1792

La guillotina hubiera sido demasiado lenta como hubiese sido demasiado lento el juicio correspondiente a cada uno de los condenados. Así se llegó a lo que la historia denomina como matanzas de septiembre realizadas en el mes del año de 1792.
Ese crimen colectivo nace de la exasperación del pueblo de París ante los acontecimientos políticos y militares, interiores y exteriores de la época. Por un lado las noticias de la frontera son malas; se dice que Verdún ha caído en poder de los austriacos (seguía intacta la ciudadela) y que Dummoriez se había pasado al enemigo, lo que era más cierto (...)
Así fue creciendo como una bola de nieve la idea que decidió uno de los crímenes colectivos más feroces. Empezaron como movimiento anticlerical en el convento de las Cármenes para seguir después a las cárceles más importantes y llenas de París.
El proceso se realizaba siempre de la misma manera: la masa entraba en tropel en la cárcel arrollando a los guardias que intentaban una tímida defensa, organizaba un tribunal revolucionario y hacía llegar uno a uno a los aterrorizados presos. En el llamado juicio que se celebraba entonces intervenía sobre todo el odio de la multitud hacia sus dueños de antes y en la inmensa mayoría de los casos la sentencia fue de muerte. Aunque para evitar escenas en la sala del tribunal no se la nombraba así. El presidente daba orden de que el prisionero fuera conducido a La Force si estaba en L`Abbaye o a L´Abbaye si estaban en La Force. Esa aparente incongruencia se basaba en que en ninguno de los dos casos el reo era trasladado a la cárcel nombrada. Cuando cruzaban la puerta, en cierto modo contento por ser destinado a guarecerse tras los gruesos y protectores muros de otra cárcel, caía en las manos de la multitud que esperaba en la calle y que acababa con ellos a golpe de pica y sable, mutilando después su cadáver.

 Díaz-Plaja; fernando. A la sombra de la guillotina. 

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