Yo estaba convencido de que si el
pueblo pudiera permanecer tranquilo bajo la forma de gobierno a que estaba
acostumbrado mientras el país se libraría de una dinastía de la que no era
posible esperar ninguna mejoría, la humillación política de recibir un nuevo
rey de manos de Napoleón quedaría ampliamente compensada con los futuros
beneficios de esta medida. En efecto, en pocos años la nueva familia real se
identificaría con el país. Muchos de los españoles más ilustres y honestos se
habían puesto del lado de José I. Se había preparado el marco de una
Constitución que, a pesar de la forma arbitraria con que había sido impuesta,
contenía la declaración explicita del derecho de la nación a ser gobernada con
su propio consentimiento y no por la voluntad absoluta del rey. La Inquisición...
iba a ser abolida inmediatamente y lo mismo sucedía con las órdenes religiosas.
José María blanco White.
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