viernes, 12 de julio de 2013

BANDOLEROS

El capitán de bandoleros era comúnmente un hombre moreno, ágil y robusto, bien empatillado. Su cabeza, de pelo corto, iba cubierta por un pañuelo de seda de chillones colores, cuyas dos puntas le caían sobre la nuca, y encima de él llevaba el sombrero calañés recargado con muchas borlas de seda negra. Su chaqueta de cuero leonado, el marsellés remendado, tenía toda clase de adornos y de bordados de seda e innumerables botones de filigrana de plata, botonadura de plata, que se agitaban como cascabeles al menor movimiento. Un pantalón corto, ajustado y marcando las formas, caía hasta las pantorrillas, medio ocultas por elegantes botas de cuero bordado, botines de caída, entreabiertos por un lado, y de las que colgaban largos y delgados flecos de cuero. En los pliegues de una ancha faja de seda que ajustaba a su cintura, se hundían dos pistolas cargadas hasta la boca, sin perjuicio de un afilado puñal y de un cuchillo de monte, cuyo mango de cuerno se ajustaba al cañón de la escopeta.

Barón Charles Darvillier. Viaje por España


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